Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Vengo de morirme no de haber nacido
De haber nacido me voy
—Antonio Porchia
Quisiera escribir como Nikos Engónopoulos:
"Ven
déjate caer en mis brazos
y otórgame
–pues así lo quieres–
la tristeza de tu verde mirada
la profunda amargura de tus labios rojos
la noche de misterios entretejida en tu cabello largo
la ceniza de tu espléndido cuerpo."
Pero te has ido.
Estás muy cerca a una distancia sideral.
Tengo
miedo de hablarte para que no respondas.
Tengo miedo de escribirte
porque mis cartas no obtienen respuesta, salvo la que yo mismo me de al
centenar que tengo y jamás he enviado. Ni enviaré.
Mi corazón
acumula sentimientos como una enorme represa que cada noche tiene que ser aliviada
pero en la que es más lo que entra que lo que sale.
No hay a quien
decirle un sencillo te quiero, un te quiero anhelante que colme esta sed callada.
La gente, igual que tu, se aparta al notar mi mirada de
loco, mi incapacidad de ser usual, mi imposibilidad de preguntar lo
obvio o responderlo.
El miedo produce más miedo y también yo tengo miedo.
No te
otorgaré mi cuerpo -pues no lo quieres- ni aquello que contiene.
Si me ves cruzando tu camino, hazte invisible que yo haré otro
tanto.
La mejor manera de no ser vistos es no verse.
Me
arrancaré los ojos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario