España: odio y cachondeo

Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

Guia rápida para entender la política española:
El panorama político postfranco fue copado por dos partidos, el PSOE y el PP. La corrupción del poder afecta actualmente ambos partidos.
El PP -de Fraga y otros ministros de Franco- se ubica en la derecha, y el PSOE -socialista y obrero- deriva hacia el centro izquierda o social democracia. En las elecciones del 20 de Diciembre surgieron a la esfera nacional dos partidos nuevos: Ciudadanos y Podemos. Ciudadanos se asocia con la derecha, Podemos con la izquierda.
En las elecciones los españoles dieron un poquito a cada uno, o sea que los cuatro grupos quedaron perdedores y es necesario que tres sumen. O que sumen dos y uno se abstenga, para formar gobierno.
El partido que sacó más votos y diputados fue el PP que dirige un tal Rajoy, pero éste se negó a intentar formar gobierno, dándole con la puerta en las narices al pobre Felipe VI.  El rey, que de reinar no reina nada, le pide al PSOE que lo intente.
Felipe González -gran burundú burundá del PSOE- arroja un cabo al PP: suponía natural el gobierno de los dos grandes partidos. Ya en Colombia sabemos lo que pasa con eso -aquí se llamó frente nacional- y donde lleva. Pero, sorpresas te da la vida, el PP no habla con nadie a menos que sea para bendecirlos y PSOE y Ciudadanos hacen un acuerdo que no alcanza.
Podemos no habla con PSOE: le reclama, para hacerlo, la vicepresidencia y los ministerios de seguridad de un estado que busca, por programa, disolver.
Entonces terminan estando del mismo lado la extrema derecha y la extrema izquierda: Podemos vota como ordena el PP.  El PP ataca a Ciudadanos. Podemos odia al PSOE: no baja a Felipe González de asesino. Ciudadanos es enemigo natural de Podemos, pues este apoya la independencia de Cataluña y aquellos, que se originaron allí, no.
Los discursos de PP y Podemos son entre el odio y el cachondeo. Ironía, burla, besos y chistes malos.  Cada "lider" echa su discurso y saluda desde el tercio, mano o puño en alto, a su galería de fans que los aclama.
Y España ahí. Sin el amor de nadie. La España de charanga y pandereta. A veces madre, siempre madrasta.

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