Admiro a esas personas que de un día para el otro te sacan sin más de su vida. Mentira, no las admiro nada pero me dan un poco de envidia. Yo quedo abrochado para siempre a la gente que quiero una vez querida. No hay nada que me parezca tan imperdonable; pase lo que pase, nos hablemos o no nos hablemos, nos visitemos o no nos visitemos, eso depende de las circunstancias. ¿Será que hay que querer a menos gente? Es incómodo cuando dicen "te quiero" y a uno le da no sé qué contestar "yo también" y no más dice "gracias”, porque mentalmente cree que no es para tanto. Siendo que si.
(Y sí, lo digo por ti y por mi. Por mi, antes que me digas 'y tú también', pero no por convicción.)
Sobre una idea de S. Toro.
§
No hay comentarios.:
Publicar un comentario