Dijo:
—Amó que llamara y dijera "pasa a verme". Amó cruzar la ciudad a lo largo entre el tráfico imposible. Retuvo la respiración en cada trancón, en cada semáforo para llegar sonriendo.
—Amó ese mensaje de tres palabras a la media noche, que lo hizo alucinar en la mañana.
—Ven, le sorprendió de nuevo. Quiero oler a ti, reabsorberte. Reabsor_verte. Un brillo en la mirada hendió el espacio. Y el aire quedó impregnado de aromas de madera.
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