Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
De la misma manera como edifica el hombre enormes estructuras que se mantendrán estables por sí mismas, pero les hace cimientos, anclajes, escolleras y barreras que las protegerán, y todo dura unos cuantos segundos cuando el mar llega o se mueve la tierra, así el amor es nada en frente al viento de otro amor. ¿Para qué resistir? Dejarse llevar. Briznas de hierba en el aire, en el mar, en la tierra. Y todo nada es en el cataclismo cósmico. Inevitable.
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