Al paso

Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

Luna salta y se tiende sobre mi pecho a todo lo largo. Cabe en él. Me mira fijamente a los ojos y me da besos perrunos casi casi como humanos. ¿Hace cuánto no dices te amo? ¿Cuánto hace que no te lo dicen? He aprendido que cada te amo genera una cuenta por pagar. Una obligación que reclaman por activa o por pasiva y que duele. Duele mucho. 'Tú me dijiste que me amabas' es un arma letal. Asi que he aprendido a no decirlo. Me gustaría hacerlo cada vez que surge, porque se ama ahora. No se ama siempre. No se ama en futuro ni en pasado: solo en presente. Pero esta idea no es aceptable para casi nadie.


Con el poeta J. E. Pacheco digo:


"No importa que la flecha no alcance el blanco
Mejor así
No capturar ninguna presa
No hacerle daño a nadie
pues lo importante
es el vuelo la trayectoria el impulso
el tramo de aire recorrido en su ascenso
la oscuridad que desaloja al clavarse
vibrante
en la extensión de la nada"

Hoy por ejemplo podría decirte te amo (y en realidad asi es...) Y tu preguntarías si en serio te amo y yo diría que si, que me ilusiona amarte.

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