Pasares

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No sé si has tenido esa sensación de nostalgia, de tristeza, ese no se qué de cansancio y frustración, cuando acabas algo que te deja íntimamente satisfecho. ¡Has consumido tantas energías..! Estás solo, no te van a dar un abrazo. No eres más que un ladrillo en la pared y lo sabes. Buscas un horizonte con la mirada perdida. Revisas tus notas, las destruyes, arrojas al cesto los papeles que sobraron. Agradeces a quienes te ayudaron y, lleno de un vacío inmenso, cierras el programa; decantas, silencioso, las decisiones y tornas a la realidad. Nada ha pasado. Estonces vas contigo donde contigo va. Ese pésimo amigo que eres. Ese mal amigo que siempre es tu mismo.

Eres raro. Te pasan cosas raras. ¿Qué hago mal? La pregunta es retórica: uno no hace nada bien ni mal para que anochezca, para que llueva, o para que caiga un rayo. El odio y el desprecio nacen fácil. ¿A quién se queja el árbol que talan, el rio que contienen, el mar que secan? ¿A dónde, sino en si mismas, se consumen las lágrimas? ¿Todo lo que has sentido, dónde queda?

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