Extraño la niñez que no tuve. Es curioso. Los niños tienen celular a los ocho años, tableta, computador. Ya no son niños. Se les reemplaza el aprendizaje por privilegios, el tiempo se les llena con juegos electrónicos. ¿Qué extrañarán a los 30? ¿Dónde echarán un ancla cuando toque? El ser humano necesita raíces y alas, decía mi padre. Hoy hay algo de alas; pero muy poco de raíces.
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