Ayer quedó en una pared lo que el fuego dejó de ti. Lo acompañan las letras de tus pequeños nietos que pusieron ellos en esa caja mínima que termina por contenerlo todo. Si. El sábado en la noche hicimos una fiesta para que este amor crezca más. Yo... que te diré: que tres dias después es que empiezo en realidad a llorarte.
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