Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Es emocionante, es triste, da ira. Emociona descubrir la gente que hace cosas a favor de otra gente, y la gente que requiere que hagan cosas a su favor. Cosas sencillas: desayuno para los niños, un plato a unos ancianos, transporte para unos estudiantes o una litera en que dormir. Tristeza por el país tan pésimamente gestionado que hace de las carencias de unos el poder de otros. Y la ira de que no puedan o quieran arreglarlas porque los poderosos roban, trafican, desperdician y malgastan recursos infinitos. Y siguen siendo poderosos y siguen robando. Los corruptos se alimentan de la debilidad de los sometidos; estos los alimentan con sus votos a cambio de un mendrugo. Es sencillo. Es eficaz. Cuatro mil millones de dólares se roban en Reficar, y quienes lo hacen son los ministros que para pagar proponen subir los impuestos al congreso que aprueba, a cambio de más de lo mismo: prebendas y otros robos.
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