Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Es bello extrañarte y no extrañarte.
Verte y no verte.
Y suponer que a veces puedas sentir un aleteo ansioso del viento
en y sobre tu boca.
En tu piel.
Son los besos que anhelo en la alta noche, y al medio día.
Si digo de mí esto ¿qué dirías?
Ejerzo de lo que soy: de ser humano.
Y veo los demás de igual manera.
No soy lo que hago, no soy lo que estudié o estudio, ni lo que tengo. No soy el interrogatorio estándar.
No soy de donde vengo, no se a donde voy.
Ni lo que digo.
Puede hacerme todas las preguntas y no obtendrá todas las respuestas.
No busco nada pero estoy abierto a encontrarme con todo al ritmo del ser, al ritmo del corazón
-del corazón como el centro-
sin esquemas, sin cuadriculas.
Sin rótulos.
Puedo ser un amigo muy peligroso.
Deben evitarme.
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