Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia

noviembre 11, 2017

Preservar la cultura y la historia.






CARTA ABIERTA



No le diré "padre" porque evidentemente, en mi experiencia, usted de tal cosa no tiene nada. Me acerqué reverencialmente a la casa que ahora ocupa y de la cual es dueño temporal aunque poderoso. Me acerqué después de muchos años porque quería tener la partida de matrimonio de mis padres. Y cuando entré a ese Despacho Parroquial que fue la casa de mi padre -éste si Padre con mayúsculas- no pude dejar de anotar que cada hoja de cada libro de bautismos, confirmaciones, matrimonios y defunciones a lo largo de casi 30 años, fue escrita por papá con su puño y letra. Y vi los tomos ahí empastados en cuero café, muchos de ellos también por mi propio padre, recostados cansinos en el polvo. Pregunté por el enorme libro índice en que primorosamente él iba anotando nombre a nombre, año a año, cada persona que llevaban a bautizar para ubicarlo posteriormente en los libros respectivos. Me respondieron que sí, que ese libro estaba por ahí y efectivamente está. En un estado de total deterioro, tapado con un trapo y con cosas encima. Y vi desde lejos la hermosa letra de mi papá y los nombres bajo el apellido MUÑOZ en la página en que estaba abierto ese bien abandonado.

Me dolió en el alma. En ese libro, dadas las circunstancias de pueblos íntimamente vinculados con la religión católica, está resumida la totalidad de la población de Pensilvania. Un estudioso, un historiador, un investigador, encontraría allí toda la secuencia de las diferentes zagas. Pero no. A usted y a quienes le precedieron ese valor cultural les ha importado nada. Eso sí: convirtieron el hermoso caserón que fuera la casa cural, en un armatoste sin personalidad con un gran garaje para su enorme camioneta.

Pregunté por usted y coincidencialmente salía en ese momento. Me acerqué con respeto, le manifesté que quería hablarle un poco. Me detuvo con sequedad. Fue, sacó su flamante vehículo, le dio la vuelta para verificarlo y con prepotencia me permitió hablarle. Ni siquiera me estiró la mano. Agrio, escuchó mi cuento sobre mi padre y sobre mi tío el padre Felipe Gutiérrez Zapata, que fue párroco de ese pueblo por diez años. Le ofrecí que con mis hermanos estaríamos dispuestos a pagar el experto que hiciera el rescate de ese libro que como ciudadano considero debería estar en una vitrina y no bajo una veladora. No para nosotros, para las generaciones actuales y las futuras.

Me miró con total desprecio, con desespero, impaciencia e ira y me dijo que alguien "de la diócesis" pasará a rescatar esos documentos. Le reiteré mi ofrecimiento, mientras usted, dándome la espalda, se retiraba diciendo con ironía y sorna: "Muy amable". "No señor. Usted no lo es para nada" repliqué. Y me quedé ahí respirando mi furia, mi desconcierto y mi dolor.

Ese pueblo no merece personas como usted.

Manizales, 10 de Noviembre de 2017.

Luis Fernando Gutiérrez-Cardona.

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