Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia

diciembre 11, 2017

Madrugada


Luis Fernando Gutiérrez-Cardona


Este mundo
¿con qué puedo compararlo?
con campos de otoño
tenuemente iluminados, al anochecer,
por los relámpagos.
Minamoto-no-Shitago (911-983)
A la palmera que hay frente a la casa -que se eleva ya unos cinco metros- le está surgiendo una hoja nueva. Por el momento -mientras la gravedad la llama- es una flecha que apunta, libre, directo al cielo azul.  Dos hermosos pajaritos de color amarillo se posan en ella y cantan. La hoja no se mueve un ápice como si los gorriones carecieran de peso. Al fondo la quebrada rumorea fuerte y el conjunto de nubes verdes que forman los guaduales va ganando intensidad minuto a minuto. El verde suave y húmedo de esta hora se va haciendo intenso y seco al pasar las horas.   El cuadro completo de blancos, azules y verdes, el silencio de los ruidos naturales, la brisa fria que abraza el cuerpo, lo hace ver a uno desarmónico, intruso, ajeno. Nada tiene que ver el rojo de mi camisa con el panorama, ni el azul artificial de mis pantalones, ni la música de la casa vecina que a pesar de estar a cien metros aun llega; ni la cara de cuervo bajo mi calva cada vez más traslucida ni el negro de mis pensamientos.

Todo lo que le sobra a la tierra se dice fácil: es el hombre. Volvería a ser el mundo en vez de el planeta, volvería a ser el todo el vez de un punto azul, volverían las ballenas, los mamut, los dinosaurios señorearían de vida, los rayos caerían sin dirección, la lluvia no se perdería en los tejados para rodar, presa de las tuberìas, hasta cavernas llenas de porquería. Nadie rascaría las montañas, acabaría los bosques para extraer de ellos aquello que ningún otro ser sintiente requiere para vivir.
Ni apresaría los rios ni llenaría el mar de basura y mierda. Las estaciones seguirían unas a otras sin contar años; no habría meses ni medidas. Ni dioses falsos ni cálculos del fin del mundo. Ni habría nadie diciéndose te amo o te amé. Ni odio. Y la muerte sería no el final de la vida sino la parte de ella que le falta.




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