Fatima

 

Estamos aquí, pues, con la fe de nuestros mayores. Emociona el encuentro con ello y con la creencia antigua y nueva. El momento espiritual es intenso al comunicarnos con el interior, al recordar nuestras madres y  padres, nuestros abuelos con su fé de carboneros, sus rosarios, sus imágenes. Tiene que ver con las profundidades del ser, con lo que llevamos dentro de una forma genética. Con el espíritu. Pongo en palabras mis pensamientos de gratitud, y mis deseos y peticiones porque todo en la vida de quienes han sido compañeros, de mi familia, de aquellos que llamamos amigos, resulte grato a ellos, a su familia, a su fe o sus creencias. Que la vida que me quede, hablo a los dioses, sea pacífica y el final tranquilo.