Toma

 

La europa occidental y cristiana se desdibuja. La población, al menos lo que se ve en las grandes ciudades -en las pequeñas casi no se ve a nadie-, es esencialmente de inmigrantes o de sus descendientes, asiáticos, africanos, árabes, que conservan su religión, sus costumbres y sus vestimentas. O latinoamericanos. Lo que uno tiene en mente como inglés, francés, belga, danés o alemán de pronto aparece por excepción en los grupos de jóvenes estudiantes que recorren lugares históricos o museos con sus profesores. Las iglesias son lugares turísticos por los que hay pagar para entrar. Excepcionalmente por algún costado que se descubre por equivocación, una puerta para el culto da a un espacio separado del resto por rejas, para no dañar el negocio. La excepción es el Sacre Coeur en Montmartre que, a pesar de las multitudes que llenan su entorno, invita a echarse una bendición y decir un padrenuestro. Lo que está claro es que la cristiana europa se hizo atea o agnóstica, pero los musulmanes son más musulmanes y así la conquistan desde adentro.