Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Anoche rondé ese rincón por el que estuve antes sin tocar el piso. Del hermoso guayacán caía una lluvia de flores. Eran flores iguales a las que caían de los ojos que querían reír, pero lloraban. Abandoné el árbol. para no contaminarlo de tristeza.
Lloran aún los ojos.
Solos.
*
Lloran aún los ojos.
Solos.
*
1 comentario:
:) :)
Publicar un comentario