Kent Rogowsky
Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Como si para dar a alguien un abrazo y decirle un te quiero, hiciese falta amarlo con ese amor que perciben como territorio exclusivo, lleno de dificultades. Concesión o derecho que puede ser quitado a voluntad.
Pena o penitencia.
Bien puede ser que la vida rompa alguna de sus formas pero, cual agua, el amor se acomoda en lo que lo contiene.
Aquello que lo hizo ser, lo sigue siendo siempre.
Creo en el amor eterno
en los cuentos de hadas
en las brujas
en las palabras de mi padre
en la bondad intrínseca.
No creo que un dios vaya a salvarme
porque no sé de qué me salvaría.
Creo irremediablemente en la piel,
en la primera vez que me dijiste te amo,
en una sonrisa,
en el brillo —asi sea al pasar— de una mirada.
Creo en la amistad como expresión del corazón
y tú estás en él.
Cuando dijiste Adiós se lo dijiste a mi cuerpo, no a mi alma.
Cuando te vayas no mires atrás.
Yo haré otro tanto.
No te veré en mi entierro.
§
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