Nocturno

Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

Despiertan mente y corazón 
en la alta noche.
Sirenas. 
Lluvia contra los vidrios y las alfagías.
Me desperezo.
Pienso penetrar su cuerpo así,  
primariamente, 
suposición de algo ya imposible. 

—¿Quién penetra a quién?
¿La vaina a la espada o ésta a aquella?—

Viajo a ciegas.
busco su espalda 
busco con mis pies los suyos
con mis manos sus manos
y recorro con lento afán sus valles.
Propongo pero entonces 
mi rostro es un diluvio.
Arrojo las cobijas.
Me aparto.
Miro.
Nadie. 
Nada.
Despierto.
Me levanto.

¿Quê eres?

§