Notas de Aire

Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

Ayer encontré que Facebook invitaba a responder una encuesta breve. Preguntaron si queria tener muchos amigos más o muchos menos, si me siento seguro, si es útil y si funciona bien. Agregaba un espacio para algún comentario personal. 

Respondí que quiero muchos más amigos, que funciona bien, que no sirve para nada, que no me siento seguro pues se sabe que todo es entregado a gobiernos y/o vendido a compañias privadas y que, siendo de alguien el programa, todo lo que aquí se hace deja de ser de uno para ser suyo. ¿Ha leído alguien la licencia que acepta al ingresar? Sin contar que cada cosa puede ser reinterpretada por el lector como le plazca.

Supongo que una máquina evaluará las respuestas y que nadie leerá los comentarios.

Por alguna razón -algo que ver con la  privacidad- revisé mis amigos que eran unos 200 y la lista se redujo a la cuarta parte haciéndome a un lado del camino de quienes dejaron de interactuar conmigo de alguna manera. Doloroso ejercicio porque algo hubo que llevó al encuentro y por todos guardo aprecio imperecedero. Un amigo me comenta que facebook ha dejado de ser interesante: que se volvió el lugar favorito de ofrecidos, mostrones y personajes a quienes les encanta buscar o dejarse ver y solo quieren stockear o fisgonear tu vida, tus amigos o tus contactos. Confiado que soy por naturaleza, apenas descubro los peligros subyacentes y los sufro.

 
Horas después de la purga, solo uno recordó la amistad y me envió un mensaje. Se entiende: lo que pongo son textos aburridos. Cerca de mil de cuya calidad no tengo dudas pero que bien pueden no ser de interés para muchos. 

En todo caso se agradecen afecto y compañía.

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