¿El celular por el que hablamos es colombiano? ¿el computador? ¿la tableta? ¿el televisor? ¿la licuadora es hecha en Medellín? ¿está seguro que el café que toma en casa no es importado? ¿y los zapatos? ¿los pantalones y las camisas son hechos con algodón nacional? ¿sabe que almacenes Éxito es de propiedad extranjera? ¿de dónde viene el carro en que montamos? ¿dónde se hizo el libro que leemos o en el que estudiamos? ¿la gasolina que usamos es hecha en Barranca? ¿los cubiertos de la mesa no llegaron en barco? ¿el pollo del almuerzo, seguro, seguro, viene de Bucaramanga? ¿En cuántas cosas de la casa dice "made in china"? ¿anda usted de taparrabo para no ponerse unos jeanes levis? ¿cuando viaja la aerolínea es nacional, con aviones hechos en Tunja?
Es posible que el arroz que comemos y los aguacates y las papas hayan brotado en esta tierra pero ¿y las semillas de dónde las trajeron? ¿No hicieron un paro por ello? ¿Por dónde transita el internet antes de que vuelva? ¿la cerveza no es SabMiller? ¿el vino lo traen del Valle o de Villa de Leyva?
Nos quedan las guayabas. Y los comentarios que posan de inteligentes como una colombianada más. Digo.
Me compraré el café donde me plazca o tomaré el que hagan en casa (el frasco dice "BKI 100% ren Colombia" -viene de Dinamarca-). Pero eso es problema mio. No me importa si usted toma changua al desayuno. Deje de atribuirse el derecho de llamar a los demás estúpidos porque usted lo sea.
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