Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Dicen que es el último día del conflicto. A lo largo de décadas en mi
familia, que conserva tradiciones, al llegar diciembre y
preguntar por lo que pedimos al niño Dios, se hizo un tópico -que pasó
de generación en generación- responder: "la paz para Colombia". Lo cual
por supuesto se tomaba a risas y mamadera de gallo. Al salir hoy del
edificio uno de los empleados me preguntó si creía en todo ello y le
respondí que no se trataba de creer o no. Y él, con esa sabiduría
sencilla me dijo: "¿Cierto que mientras no haya trabajo y gente decente,
todo seguirá lo mismo y que simplemente se pasarán de una banda a otra,
así como ha pasado otras veces?" Ojalá, le respondí, les toque a sus
hijos un país donde lo que haya sea entonces trabajo, y que de ahi se
desprenda bienestar para todos y paz de verdad. Lo anhelo de
corazón.
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