Los cafés se enfrían sobre la mesa. Las voces se oyen. Nítidas.
—Quiero decirte algo
—Te amo
—Haces saltar mi corazón... (Suspira)
—Todo lo sabremos afrontar
—Te quiero tanto que quiero lo que quieras aunque no pueda quererlo. Quiero quererte así, sencillamente.
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