Petición

 Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

Señores de la Calle y Jaramillo: los colombianos sinceramente agradecemos su trabajo de estos ultimos años. Han sido pacientes, tolerantes, persistentes y ciertamente han conseguido detener la sangría a que tenían sometida la nación seis mil fusiles. Han cesado los muertos, los secuestros, los ataques a los pueblos y veredas indefensas o defendidas por un puñado de otros colombianos, así como los bombazos a la infraestructura. Lo agradecemos de corazón. Lo han conseguido concediendo. Pero es que si no puedes derrotarlos, unételes. Y leyendo las 310 páginas del acuerdo de acuerdos no queda más que aceptar que declararon el triunfo y se rindieron a los que buscaban el poder por la violencia. No lo han tomado pero los pusieron en el camino de hacerlo. La negociación está definida en el primer párrafo de ese farragoso documento llamado Acuerdo. Necesariamente extenso pues como dijera Tácito: «Corruptissima re publica, plurimae leges» Es, dice, "entre delegados y delegadas del Gobierno Nacional, presidido por el Presidente Juan Manuel Santos y delegados y delegadas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo". No es un acuerdo de la sociedad colombiana, sino una imposición de quienes toman, porque son el régimen o porque tienen las armas, el poder de representarlo. Cuando dieron oportunidad al pueblo de opinar lo hizo desaprobando lo hecho. Ahora se lo impondrán recurriendo al régimen. Lo aprobará a pupitrazo limpio el órgano más desprestigiado y más corrupto: el Congreso integrado por políticos que medran en el barril de los puercos que es el tesoro público. Señores: les agradecemos su trabajo pero por favor, háganse ya a un lado. Ustedes son buenas personas y están bien intencionados. Aquellos para quienes están trabajado -el régimen y los violentos- no lo son ni lo están. Y si el pueblo en otro plebiscito aprueba la versión de lo mismo con trece páginas más, con su pan se lo coma. Y si no, también. Pero que sea el pueblo en quien reside, al tenor del Art. 3 de la Constitución, la soberanía.

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