Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia

junio 08, 2024

Borrón

 

Mi generación se topetió con la internet. Recuerdo aquellas primeras veces que navegué ese descubrimiento, usando con torpeza Altavista que era el browser de entonces. Luego con netscape, con yahoo, con todos los que han pasado hasta este momento en que ello, y el teléfono celular, se han hecho un séptimo sentido adherido al cuerpo y también al alma. 

Tengo un blog cuyas notas han sido cientos de miles de veces leidas. He alimentado "amistades" o "contactos" a través de las tantas redes porque he pasado, desde los grupos de Yahoo a los diferentes Messenger, desde Hi5 a Whatsapp. 

Ya no es joven internet, aunque es más joven que yo. Entonces me dije: ¿qué pasa con todas estas personas que alguna vez se hicieron tales -es decir personas reales- en el pestañear de una pantalla? ¿Qué de quienes tuvimos largas conversaciones, compartimos inquietudes, escritos, música, poemas, información, trabajo, y que de pronto, sumergidos en el universo de la red en ella se esfumaron? Son parte del archivo de correos electrónicos y de direcciones a las que, hoy, decido echarle calabozo, peluquear, depurar, reducir... No tengo que esforzarme demasiado para reconocer cada nombre, cada circunstancia. Cada quien dejó un rastro, una enseñanza. Hubo en cada caso una razón. 

La magia del tiempo es la magia del viento: en el viento está todo. Con levantar la voz para decir lo que se quiere,  internet da la respuesta. Allí cada sonido, cada libro, cada imagen . Pero al mismo tiempo que se agranda todo, todo se reduce. Al desaparecer el contacto físico, también se hace uno viento.

Nadie derramará una lágrima por ese amigo que lo fue en internet. Yo la derramo por cada uno de los que hoy borro, simplemente porque para nadie se representa nada. En esa vastedad de nombres el que se sepa el de alguien no lo hace menos anónimo. Ni se es menos anónimo de todos ellos, aunque conozcan el de uno. 

Los amigos de la niñez persisten. Algunos, dos o tres, de la adultez. 

Yo quiero llegar caminando hasta mi tumba.

 

 


 

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