¿Qué quieres?
Preguntó y respondió el silencio.Querer implica reconocerse y dejarse conocer.Nos juzgarán por nuestros deseos expresados. De forma menos peligrosa que por lo no dicho, que también será objeto de juicio.¿Qué deseo?¡Que deseo!Que deseo...El deseo satisfecho va de alegría a tristeza a frustración a otro deseo.¿Mejor soñar que desear?Cuando el deseo se cumple, pasa. Se hace humo. "Yo quería", se dirá entonces.¡De cuántos deseos están llenos los cajones olvidados!Quiero soñar que quiero. Y soñar qué quiero. Quiero ambos sueños imposibles, para seguir soñando.Insiste: ¿qué quieres?Insisto en el silencio. ¿Puede dármelo si llego a decirlo?Si puede, lo posee. Si lo posee ya me lo ha dado, o no. Si lo ha hecho puede enrostrármelo: te lo di ya, ¿lo has olvidado? Si no lo ha hecho, dirá: no lo has pedido. ¿Por qué no me lo has pedido? En ambas hipótesis, pierdo.Si no lo posee, ¿por qué decirlo?
*
Recuerdo entonces ese poema que me llevó a Cavafis:
DESEOS
Como bellos cuerpos que murieron jóvenes,encerrados con lágrimas en ricos mausoleos,con rosas en el pelo y a los pies jazmines,se ven los deseos que pasaron sin cumplirse,sin que alguno de ellos haya alcanzadola plenitud de una delicia sensual,o un amanecer iluminado por la luna.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario