David

 

David, estás en el corazón de nosotros. Nosotros, aquí, es pronombre y sustantivo. Gracias compañero de toda su existencia, noble y magnifica persona.

Toda ida duele. Si es lejos, más.  Estamos diseñados para llegar, construir, partir. Tocados por el amor, por la oportunidad, por la ambición o la aventura; con valores y conocimientos, con proyectos propios o conjuntos, llega el día de volar. No somos como otras culturas que arrojan sus crías del nido. Queremos retenerlas. Ellas cogen su ruta.

Te lanzas en este viaje a las antípodas. Sigamos al poeta:

"Cuando emprendas tu viaje

pide que el camino sea largo,

lleno de aventuras, lleno de experiencias.

No temas a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al colérico Poseidón,

seres tales jamás hallarás en tu camino,

si tu pensar es elevado, si selecta

es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.

Ni a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al salvaje Poseidón encontrarás,

si no los llevas dentro de tu alma,

si no los yergue tu alma ante ti."

 

Esta es la generación de la aldea global. Que puede estar en todas partes y momentos al impulso de un clic. Que se bebe el mundo con un pasaje en la pantalla  y un morral al hombro.  Que vive en el futuro que es ahora. Pueden hacerlo y lo hacen.

Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento te ayude por el rumbo que escojas o el destino determine.  Que si se interpone una montaña sepas que puedes atravesarla, pero también rodearla. Que vivas plenamente. Que los Dioses te sostengan en sus manos. La partida lleva implícito el regreso: esa es la magia. “La vida es un viaje experimental, hecho involuntariamente. Es un viaje del alma a través de la materia, y si es el alma la que viaja, es en su interior donde se vive.”

No es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós...

 

Y cuando pueda, ¡gire, mijo!