Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia

diciembre 15, 2024

Recuerdos



Que la vida es cosa llena de contrastes es algo archisabido.

Ayer hablábamos de la que terminó y llena la memoria. Hoy de la que empieza y, con su primer año, ya la hace en las fotos con que en la pantalla la muestran desde su día cero hasta este, su día 365, en que cada gesto, cada primer paso, forma páginas de su libro.

Cuando, a sus quince años, repase el álbum, tal vez pregunte y le dirán: era tu familia. Era, porque algunos no estaremos o cuanto más seremos un nombre que se dice vacilante tras armarlo entre varios: ¿quién es este en la fotografía?

La familia se forma de presencias y de rituales. En el entorno, cada vez más reducido por la tecnología y los cambios, tener hermanos, tener tíos, tener primos, se hace escaso. El corazón se regocija cada que al girar la cabeza se mira uno a uno los que, hace tan poco, vio nacer y hoy son, a su vez, dadores de presencias.
 
Paso de nuevo por el corazón aquellos tíos que hicieron presencia en mi vida. Los re_conozco. Los del lado de mi madre, porque del de mi padre no dieron juego: vivían lejos.

Los recuerdos son parte fundamental de la vida. Permiten construir identidad, forjar relaciones y encontrar un sentido en el mundo. Al cuidarlos y preservarlos cuidamos parte esencial de nosotros mismos. Construirlos y mantenerlos, fabricarlos a pesar de la crítica, la autocrítica, y el aburrimiento, es indispensable por ello.

El tiempo actual se llena de presencialidad virtual, de contactos, seguidores, o amigos de click. Se banaliza la muerte; la vida, así, es efímera y voluntaria. La religión, como acto de religar, desaparece o se mantiene solo por fanatismo político si no es que el partido se hace religión.

Aún en las pantallas pero pronto directo en las neuronas, se hace parte de una mente única dominada y dictada por el algoritmo. Los hologramas sustituirán los cuerpos, las charlas serán con la inteligencia artificial, el amor con estímulos sensoriales. Los hijos se concebirán y gestarán en laboratorios que devendrán en fábricas.

Vivir esta realidad real, mientras subsista. Los abrazos, ya, se hacen esquivos. Por el momento, todavía, religan presencias y recuerdos.






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