¿Tienes a quién querer? ¿A quién entregar, o enviarle, de pronto, una flor tomada del andén o hecha de palabras? ¿Con quién, aunque sin estar, compartir una mirada al viento, o al universo que se ve cuando se cierran los ojos? ¿A quién imaginar aleteando por todo el cuarto cuando se enciende la consciencia, o poco antes de apagarse, cada noche?
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