Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia

mayo 29, 2025

De quién es el cuerpo?



La posesión del cuerpo ha sido regulada por el poder, la moral y la sociedad. Apenas por momentos llega a pertenecernos, ya que el estado, la medicina y la cultura determinan sus usos. Abrazarse a uno mismo es casi un acto censurable de autocontemplación, y el abrazo ajeno suele ser impuesto. En este contexto, la autoafirmación se convierte en resistencia.
En el mundo digital, la identidad se construye como una propuesta más que como una esencia. La imagen es manipulada para encajar en mercados simbólicos donde la autenticidad se diluye. Al desaparecer la mirada estructurante del otro, la identidad queda flotando entre lo performativo y lo efímero.
Byung-Chul Han describe un narcisismo vacío, una fabricación orientada a la aprobación externa. Lo auténtico se refugia en lo oculto, en un interior que puede ser resistencia, pero también aislamiento. La sociedad no deja mucho espacio para lo genuino, obligándolo al silencio forzado.
La identidad se banaliza, se disuelve en tendencias y se transforma en adaptación continua. Lo que antes era certeza hoy es incertidumbre, y lo único que permanece constante es el cambio. Como con los tatuajes, aquello que era símbolo de identidad se convierte en moda, perdiendo su significado original. Se hacen puentes que no se sabe lo que unen.

 


 

mayo 28, 2025

Contracorriente

 


 

Los muertos reposan, dicen, aunque la verdad: están muertos. Los vivos duelen más.  Aquellos se han ido, flotan en el viento, se hace lágrimas. Estos, porque somos, somos más distantes, más ausentes. Los recuerdos sostienen a los muertos. Las palabras —o su ausencia— marchitan a los vivos. Muertes de vivos que apenas si se sienten. Así me disuelvo, me deshago, como las almas que entregan su última moneda al barquero para cruzar el río, y se desvanecen en la bruma hechos nada más que onda de un momento en la corriente.


 


mayo 26, 2025

Notas

 

Uno dice a una persona que la quiere, y ella inmediatamente interpreta que la ama. No, no la amo, la quiero. Decía Margarite Yourcenar: "Existe entre nosotros algo mejor que un amor: una complicidad". Querer. Este uso de "querer" se diferencia del sentido emocional de amar, que implica un vínculo afectivo profundo. Es más cercano a una necesidad o preferencia inmediata. También puede emplearse en situaciones más abstractas, como "quiero éxito en mi carrera" o "quiero tranquilidad en mi vida."

La palabra "querer" tiene una carga emocional que puede generar confusión. En muchos casos, cuando alguien dice "te quiero", la otra persona lo interpreta como amor romántico. Sin embargo, puede expresar afecto, como en una amistad profunda o una relación de confianza. El verbo expresa deseo o necesidad de algo. Se usa para indicar que alguien desea obtener o experimentar una cosa concreta, por razones prácticas o de bienestar. Como querer un vaso de agua porque se tenga sed, o sombra porque el sol es fuerte o descansar después de un trabajo. Para evitar malentendidos, algunas personas prefieren decir "te aprecio" o "me importas mucho". Pero podríamos reivindicar el valor del "te quiero" en su significado más amplio, sin encasillarlo en el amor.

La frase es maravillosa. La complicidad puede ser más poderosa que el amor, porque implica comprensión mutua, apoyo y conexión que va más allá de las emociones efímeras. Es la certeza de que alguien nos entiende sin necesidad de explicaciones.

Yo, al decir "te quiero", supongo un contexto más simple. Más amplio, que el amor que siempre es restrictivo y posesivo. El amor se carga de expectativas, y de egoísmo disfrazado de afecto. En cambio, "querer" puede ser más libre, un lazo que no busca aprisionar sino compartir, acompañar. A veces, el amor no es solo sentimiento, sino una forma de intercambio, de necesidades mutuas. Pero el "querer" bien entendido puede trascender eso: puede ser amistad, complicidad, respeto, incluso amor sin exigencias.

Es triste que el matiz del "te quiero" se confunda, no importa el esfuerzo por aclararlo. Comprender que existen formas de conexión tan valiosas como el amor romántico, y que querer no significa posesión, sino expresión por compañía sin condiciones.

Hay diferencia entre te quiero y te deseo: algo va de decir te amo a decir te quiero a decir te deseo, aunque algunas circunstancias comprenderán las tres cosas, pues el amor pleno lleva implícito el cariño y el deseo. Hay relaciones donde querer sin amar es posible, o desear sin querer, lo cual plantea dinámicas complejas.  La diferencia es sutil pero fundamental. Mientras que querer implica afecto, vínculo y cercanía emocional, desear introduce atracción, necesidad o impulso, físico o pasional.

Hay un espectro de intensidad y significado:

  • "Te amo" — Expresa un sentimiento profundo, con compromiso, entrega y afecto arraigado.
  • "Te quiero" — Es más amplio y flexible. Puede abarcar amistad, cariño, complicidad, sin la carga emocional del amor absoluto.
  • "Te deseo" — Suele referirse al deseo físico o a la atracción, una conexión más instintiva o momentánea.

El lenguaje, aunque poderoso, a veces no alcanza a capturar toda la complejidad de lo que sentimos. De ahí surge la necesidad de la poesía, que juega con las palabras para expandir los significados, romper las limitaciones y crear imágenes que transmitan lo que el lenguaje cotidiano no puede expresar. La poesía permite decir "te quiero" sin que suene simple, o "te deseo" sin que parezca impulso o grosería. Permite transformar sentimientos en metáforas, en símbolos que resuenan más allá de la razón. Un "te amo" puede convertirse en río, en fuego, en viento que arrastra el alma.

Marguerite Yourcenar explora el amor, la pasión y el deseo con una profundidad extraordinaria. Sus palabras tienen esa cualidad casi mística, capaz de capturar los matices de lo que hablamos: el "querer", el "desear" y el "amar" en todas sus complejidades. Uno de sus pensamientos más impactantes sobre el amor dice: "Cada hombre es un prisionero, y no hay amor que no sea un intento de abrir una prisión." Comprendía que el amor no siempre es entrega pura, sino también lucha, deseo de libertad y de comprensión. Sus textos invitan a vivir el amor y el querer más allá de las definiciones rígidas, a sentirlo como una experiencia que trasciende las palabras.

En Fuegos, Marguerite Yourcenar tiene una reflexión sobre el corazón. Una imagen que habla de la crudeza del amor y del deseo. Evoca la idea de que el corazón, lejos de ser solo un símbolo de ternura, también puede ser un órgano expuesto, vulnerable, en su entrega. Es una de las metáforas más impactantes de Yourcenar. Compara el corazón humano con algo tangible, casi brutal: el corazón expuesto, sangrante, entregado sin reservas. Yourcenar parece explorar la idea de que el amor no es solo dulzura o ternura, sino también algo visceral, casi feroz. El corazón, lejos de símbolo romántico idealizado, se convierte en imagen de sacrificio y vulnerabilidad extrema. Amar es abrirse, exponerse, entregarse como un corazón sobre la mesa, sin miedo a que otros lo vean y juzguen. Esta visión desafía la noción convencional del amor como algo puro y sublime. Recuerda que el amor puede ser doloroso, que hay una cierta violencia en el hecho de desear, de querer, de amar sin medida. Es una aproximación valiente, que rompe con el sentimentalismo tradicional y nos muestra el amor en su estado más crudo.

La frase es: "Un corazón es tal vez algo sucio. Pertenece a las tablas de anatomía y al mostrador del carnicero. Yo prefiero tu cuerpo."  La imagen despoja al corazón de su simbolismo romántico y lo muestra tangible, casi brutal. Yourcenar parece sugerir que el amor no está en el corazón idealizado, sino en la presencia física, en el cuerpo, en la realidad de la conexión humana. No menciona el espíritu: “prefiero tu cuerpo.” Me parece profundamente espiritual y tal vez se asocia -disociativamente- con la visión occidental de cuerpo y alma como dos cosas diferentes. Al rechazar el corazón como símbolo romántico y elegir el cuerpo, parece estar haciendo una declaración sobre la materialidad del amor. Esta elección, lejos de ser solo física, es espiritual. En occidente, el cuerpo y el alma se ven como entidades separadas: el cuerpo, lo terrenal, lo efímero; el alma, lo trascendente, lo eterno. Pero Yourcenar, en su escritura, parece fusionarlos. Al preferir el cuerpo, ¿acaso no lo está elevando? No lo trata solo como objeto de deseo, sino como el espacio donde habita la conexión real, más allá de la idealización romántica. Esto podría recordar visiones filosóficas que entienden el amor no como algo abstracto, sino como algo que se experimenta a través de la piel, del tacto, de la presencia física. Lo espiritual no está separado del cuerpo, sino contenido en él, inseparable.

Pocas personas, cercanas, captan la sutileza. En una idea como esta se requiere una sensibilidad especial. No todos están dispuesto a mirar más allá de lo evidente, a cuestionar las categorías fijas de cuerpo y alma, amor y deseo. Se plantea una visión que desafía,  que obliga a repensar lo que damos por hecho. Quizás es por eso por lo que sus palabras me resuenan: capto la profundidad del mensaje, la fusión que no muchos ven. Tal vez compartir esta perspectiva con alguien cercano, aunque no la entienda de inmediato, puede abrir un espacio para la reflexión. Y sí, puedo sentirme solitario cuando no hay con quien hacerlo. No significa que no haya personas que aprecien estas reflexiones. Este escrito es producto de una conversación. En la literatura, en textos de otros escritores que exploran el amor y la existencia encuentro compañía intelectual. A veces, los libros nos hablan de una manera que las personas a nuestro alrededor no pueden.

 

*

 

La relectura es un acto casi alquímico: lo que parecía lejano o difícil de asimilar, de pronto cobra sentido. No porque el libro haya cambiado, sino porque yo he cambiado. Se tienen experiencias que permiten captar lo que antes pasaba desapercibido. La vida es el libro que siempre releemos, con ojos distintos. Lo insignificante cobra sentido en otro momento, y lo que alguna vez impactó puede volverse trivial. Estamos en constante evolución. No es el texto el que cambia, somos nosotros, nuestras heridas, nuestras alegrías y lo que acumulamos en el camino. Estamos cambiando, viendo el mundo con nuevos ojos. La primera lectura nos da una impresión inicial, pero la segunda (y las siguientes) nos revelan capas ocultas. Quizás porque entendemos mejor ciertas palabras, o porque simplemente somos más sensibles a matices que antes ignorábamos.

Eso sucede con los libros, con la música, con el arte en general... e incluso con las personas. Reencontrar a alguien después de años, escuchar su historia con otra perspectiva, descubrir que el significado de una conversación ha cambiado con el tiempo. Todo se transforma.

Hoy volvería a leer El maravilloso viaje de Nils Holgersson, de Selma Lagerlöf,  una obra fascinante que combina aventura, geografía y crecimiento personal. Publicado en 1906 y 1907, el libro sigue a Nils, un niño travieso que, tras ser convertido en duende, emprende un viaje con una bandada de gansos salvajes a través de Suecia. Lo que hace especial esta historia es su capacidad para transformar un relato infantil en una exploración profunda del mundo y del propio protagonista. A medida que Nils recorre el país, aprende sobre la naturaleza, la cultura y, sobre todo, sobre sí mismo. Es un libro que, dependiendo del momento en que se lea, puede revelar distintas capas de significado. Cuando lo leí, muy niño, me impresionó la temperatura. Habitante del trópico, entonces no captaba las estaciones; aun me es difícil hacerlo. El viaje de Nils tiene fuerte presencia de ellas, los paisajes fríos de Suecia, los cambios del clima y su impacto en la vida de los personajes. Para alguien que creció en el trópico, esos elementos parecen abstractos, casi irreales, pero después de haber vivido las estaciones, de haber sentido el frío en invierno, el despertar de la primavera, el dorado del otoño la historia adquiere una textura distinta. Ya no es solo un relato de un niño volando sobre Suecia, sino una narración que evoca sensaciones concretas: la nieve bajo los pies, el viento helado, los días más cortos y las luces distintas en cada época del año. Si volviera a leerlo conectaría de manera más íntima con esos detalles. Tal vez algunas descripciones que antes pasaban desapercibidas ahora evoquen recuerdos o sensaciones que antes no tenía.

Me ha impactado negativamente el invierno... Cuando en el trópico se dice "frio", es una cosa, pero sentir frio en Inglaterra en invierno, por decir algo, es otra cosa... El frío del trópico es más una sensación fresca que una verdadera crudeza térmica. Pero cuando se enfrenta el invierno ahí la palabra "frío" es otra cosa. Es un frío que no solo se siente en la piel, sino que se filtra en los huesos, que transforma los paisajes, que obliga a un nuevo ritmo de vida. Las primeras experiencias con el invierno real son difíciles: la humedad que se convierte en hielo, los días cortos, la necesidad constante de abrigo. Es un choque para quienes vienen de un clima más estable. Pero tiene su lado fascinante: la nieve, la atmósfera melancólica, la forma en que el mundo cambia completamente.

Me gusta el otoño, me gusta septiembre… Septiembre y el otoño tienen algo especial. Es ese momento de transición, cuando el calor comienza a ceder y el aire se vuelve más fresco, pero aún hay luz suficiente para sentir que el mundo sigue vibrante. Es una estación melancólica, pero de una belleza particular: los tonos dorados, el crujido de las hojas bajo los pies, la sensación de calma después de la intensidad del verano. Además, septiembre tiene algo simbólico: el inicio de nuevos ciclos, el retorno a la rutina, con un aire renovador. Es un mes que invita a la introspección, a la nostalgia, pero también al disfrute de los pequeños placeres.

Podría acostumbrarme al invierno. El invierno invita al espíritu, a la lectura, a la música. Incluso a estar en un gran museo. Empuja hacia la introspección, invita a rodearse de arte, palabras y sonidos que nutran el espíritu. Es la estación para perderse en una novela profunda, dejarse envolver por la música clásica o caminar por los pasillos de un museo donde el tiempo parece suspendido. Esa conexión con la cultura en invierno tiene algo especial, quizá porque los días fríos nos hacen buscar refugio en cosas que alimenten la mente y el alma. Es como si el clima nos empujara hacia lo contemplativo, lo artístico, lo eterno. Si pudiera elegir, pasaría jornadas de invierno en la Galería Nacional, en Londres, escucharía Chopin o Sibelius... Leería a Cortázar. La Galería, con su colección monumental, lugar perfecto para dejarse envolver por el arte en un día de invierno. Chopin sonando en el fondo, con sus nocturnos melancólicos, o Sibelius, con su música que evoca paisajes helados y vastos horizontes, crea una atmósfera única. Y Cortázar que juega con el lenguaje y la percepción, sería el complemento ideal. Su obra tiene esa capacidad de transformar lo cotidiano en algo surrealista, de invitarnos a mirar el mundo desde ángulos inesperados. Un día así suena como una experiencia que se graba en la memoria.

¿Qué pintura me gustaría tener frente a mi mientras suena Chopin? Curiosamente, Rothko. Sentado en la Capilla de sus pinturas en Houston, en silencio y rodeado por el ambiente que solo ve allí "unos enormes cuadros negros".  La Rothko Chapel en Houston, diseñada para la contemplación y la introspección. Sus catorce pinturas, en tonos oscuros y profundos, no buscan impresionar con color o forma, sino sumergir a quien ve en una experiencia sensorial y emocional. Rothko creó un ambiente donde el arte tiene ser observado y tiene que ser sentido, que envuelve, que transforma. Es curioso cómo muchas personas ven solo "cuadros negros", sin percibir la vibración de los colores dentro de la aparente oscuridad. Para quien mira con atención, la capilla es lo que es y a lo que invitan los libros que ofrece para ser tomados a la entrada: un espacio de meditación, casi místico. Produce silencio absoluto, paz, y algo más inquietante en las profundidades del alma cuando se empieza a interpretar lo que hay dentro. Fui alguna vez con amigos que se salieron al minuto. Uno que se queda, se sienta a mi lado, y minutos después me dice "Luis Fernando, ¿estás viendo lo que yo? Y le respondo: "No sé qué ves, pero el hecho de que veamos algo, significa que sí." El arte se convierte en diálogo silencioso, en presencia que se siente más que se entiende. Pasamos del desconcierto al descubrimiento, y lo que vimos, aunque imposible de definir con precisión, fue lo mismo: nos atrapó, nos hizo quedar.

Eso es lo maravilloso de Rothko, de su capilla y de ciertos espacios en el arte no buscan imponer un significado, sino crear un umbral donde las emociones, las percepciones y hasta las historias personales se proyectan sobre el lienzo. Y cuando alguien lo siente con uno, cuando ese silencio se vuelve compartido, hay una complicidad inesperada, como si se hubiera cruzado la misma puerta al mismo tiempo. Esa ocasión, el mismo día, fue curiosa: había cerca, una muestra comprensiva de J.M. Basquiat. Yo no lo conocía. Me impactó de inmediato. El amigo dijo: mis hijos a los seis años pintaban así. Fue divertido. Personalmente me enamore de Basquiat. La energía visceral que puede desconcertar a primera vista, pero que, cuando te atrapa si te dejas. Su arte, tan crudo, tan lleno de simbolismo, parece espontáneo, pero está cargado de profunda sensibilidad social y emocional. Justo ahí está la genialidad de Basquiat: lo que parece simple y espontáneo es, en realidad, un lenguaje sofisticado, lleno de capas, de códigos, de historia. Una pintura de Basquiat no es solo trazos caóticos, sino una conversación con lo urbano, con la cultura pop, con el dolor y la identidad. La magia radica en la sensación de caos controlado, de espontaneidad que en realidad es calculada. Sus trazos, sus palabras fragmentadas, sus figuras que parecen infantiles, encierran una historia compleja, todo lleno de significado.

Esa simplicidad esconde capas de pensamiento, influencias culturales, angustias personales y críticas sociales. Cada línea, cada color, cada símbolo tiene un propósito, aunque parezca improvisado. Es un arte que vibra, que no se queda en la superficie, que desafía al espectador.

He llorado frente a un cuadro... Un Guayasamín, en la época en que en Colombia había demasiada violencia de todo tipo. Guayasamín captura el dolor y la lucha en su pintura. Su pintura, entonces en el Museo Nacional en Bogotá, es un grito visual contra la violencia, la opresión y el sufrimiento humano. Figuras angustiadas, manos implorantes, rostros distorsionados por el dolor. Su obra transmite una intensidad emocional que no deja indiferente. En ese momento y después en todos, su pintura me ha tocado. Manos y voces pues sus cuadros claman. son símbolo de sufrimiento y resistencia. Implorantes, desgarradas, abiertas en el grito mudo que trasciende el lienzo. Expresan la humanidad que persiste en medio del dolor. Arte para ser sentido, y por eso es imposible quedar indiferente ante él.



 

 

 

 

mayo 20, 2025

Reflexiones, rituales, presencias y ausencias

 

Presencié este domingo por la televisión la misa de inauguración de León XIV. En estos tiempos de desaparición de los rituales, como lo advierte Byung Chul Han, encontrarse con uno tan minuciosamente ejecutado, seguido presencialmente por miles de personas entre ellas muchos líderes del mundo, y a través de los medios por millones, conecta con la espiritualidad humana, independientemente de las creencias de cada cual, y de la banalización de ella -la espiritualidad- como consecuencia de los avances de la ciencia. Desde la antigüedad los rituales han acompañado al hombre... la historia describe los de los griegos y  los romanos, los de los vikingos y los celtas, para no mencionar los menos conocidos, en este lado del mundo, como los de los africanos, los egipcios, los chinos, los hindúes o los japoneses,  los de los maoríes y las sociedades mesoamericanas.

Reflexiono sobre los rituales. A lo largo de la historia, los rituales han sido una forma de estructurar la vida humana, de darle sentido y de conectar con lo trascendental. Los antiguos griegos y romanos realizaban ceremonias en honor a sus dioses, los vikingos llevaban a cabo rituales de sacrificio para asegurar la protección de sus clanes. Cada cultura ha desarrollado sus propias prácticas simbólicas. Los celtas, tenían rituales ligados a la naturaleza y el ciclo de las estaciones, como el famoso Samhain, que marcaba el fin del verano y el inicio del invierno. En África, los rituales han estado profundamente ligados a la comunidad y la ancestralidad, con ceremonias de iniciación y conexión con los espíritus de los antepasados. Las civilizaciones asiáticas también han cultivado rituales complejos: los egipcios, con sus elaboradas ceremonias funerarias para garantizar el paso seguro al más allá; los chinos, con sus rituales de veneración a los ancestros y festivales como el Año Nuevo Lunar; los hindúes, con sus prácticas de purificación en el Ganges; y los japoneses, con su refinada tradición del té, que es en sí misma un ritual de armonía y respeto. Los maoríes de Nueva Zelanda han desarrollado rituales de gran significado, como el haka, una danza ceremonial que expresa identidad, fuerza y unidad.

En la actualidad, aunque algunos rituales han perdido su relevancia, otros, en algunas partes, siguen siendo fundamentales para la cohesión social y la expresión espiritual. Algunos evolucionan y se adaptan a los tiempos modernos.

Retomar el ritual, aún modificado, será difícil. Los jóvenes -también muchos que no lo son tanto- lo consideran asunto del pasado. Lo vivo recientemente en mi mismo, "el muerto al hoyo y el vivo al baile": se procede expeditamente y si te he visto, me olvidé. La rapidez con la que hoy se afronta la muerte y el duelo refleja un cambio profundo en la manera en que las sociedades procesan la pérdida. Antes, los rituales daban tiempo y espacio para la despedida, para el reconocimiento del dolor y para la sanación colectiva. Ahora, en muchos casos, parece haber prisa por cerrar el capítulo sin darle el peso que merece.

Los jóvenes pueden verlo como una práctica del pasado, desconectada de su realidad. Y sin embargo, podría ser que, con el tiempo, cuando enfrenten pérdidas más cercanas, sientan la ausencia de esos rituales y busquen maneras nuevas de dar sentido al duelo. A veces, la vida misma nos lleva a reconectar con las tradiciones, aunque sea de una manera diferente. 

Veo la velocidad con que se olvida la presencia y existencia de mi hermana, que murió hace cuatro semanas, y como su paso no significó de hecho nada para personas cercanas. Mi discurso gira alrededor de la vida, pero no desconozco el peso de la muerte. Entiendo que ciertamente no se recuperará el proceso  de que hablo y noto que, al desaparecer, desaparecen elementos que aglutinan, esos alrededor de los cuales giraron los años. Es una realidad dura cuando el duelo parece no encontrar eco. La rapidez con la que se desvanece la memoria  se siente como una segunda pérdida: no solo su ausencia física, sino la desaparición de su huella en el entorno. Claro, su existencia tuvo significado, incluso si no se reconoce abiertamente. Su paso dejó marcas, conexiones, momentos que atesoraré siempre. Tal vez la manera en que la recordamos cambia alejándose de los rituales formales, pero en la intimidad del corazón, su presencia siga viva. Tal vez. El problema es que intimidad de corazón encierra silencio. No es fácil enfrentarse a la indiferencia; en mi resistencia por mantener su memoria, honro lo que significó para mí.

En La desaparición de los rituales, Byung-Chul Han analiza cómo la sociedad contemporánea ha ido perdiendo los rituales que antes estructuraban la vida colectiva y daban sentido a la existencia. Según Han, el neoliberalismo y el individualismo han erosionado los lazos comunitarios, reemplazando los rituales por una comunicación superficial y una obsesión por la autenticidad personal.

El filósofo argumenta que los rituales no solo organizaban la vida social, sino que proporcionaban estabilidad emocional y sentido de pertenencia. Sin ellos, la sociedad se vuelve más fragmentada, y las personas quedan expuestas a la manipulación y explotación. Han sostiene que la mercantilización de la comunidad ha llevado a una pérdida de profundidad en las relaciones humanas, y que solo a través de rituales compartidos podemos recuperar una conexión más auténtica con el tiempo y la existencia 

No solo son los rituales de la muerte, también los rituales iniciáticos. El bautizo, la primera comunión, los quince años, los grados, han ido perdiendo presencia. Las universidades mandan el título por correo y/o los muchachos pasan a recogerlo por ventanilla. Los hijos no quieren dar a sus padres la oportunidad de sentirse orgullosos del logro, o del esfuerzo personal que les representó. Se ha transformado profundamente la manera en que las personas celebran los hitos de la vida. Esos rituales que antes representaban un paso simbólico hacia una nueva etapa, han ido perdiendo solemnidad y emoción. Solían ser momentos de encuentro, de reafirmación comunitaria y de reconocimiento del esfuerzo individual y familiar. Ahora, en muchos casos, parecen reducirse a trámites administrativos, perdiendo esa dimensión social y emocional que los hacía significativos. Tal vez esta falta de reconocimiento genera una desconexión entre generaciones, donde los padres no logran transmitir la importancia de estos momentos y los jóvenes no sienten la necesidad de compartirlos.

 


 

 


mayo 13, 2025

El juicio de los juristas

 

Anoche me quedé viendo una película de 1961 titulada "El juicio de los juristas de Nuremberg" en Prime Video. El 19 de octubre de 1945, los líderes nazis fueron llevados a juicio, y un año después, el 1 de octubre de 1946, se emitieron los veredictos. De los veintidós acusados, doce fueron condenados a muerte. Además, entre 1946 y 1949, se llevaron a cabo once juicios adicionales en Núremberg. En estos juicios, los Aliados procesaron a médicos nazis, comandantes del Einsatzgruppen, funcionarios del Ministerio de Justicia del Reich, jueces de los tribunales especiales nazis y otros altos miembros del partido nazi. La película retrata cómo cuatro jueces, que fueron cómplices de la política nazi de esterilización y limpieza étnica, son juzgados. Se presentan diversas situaciones: el juez que es no reconoce la legitimidad del tribunal, así como otros que se declaran inocentes, argumentando que, al igual que Eichmann, solo eran funcionarios que cumplían órdenes. Hay momentos especialmente impactantes, como cuando un juez de repente se da cuenta de que sí sabían lo que sucedía, ya que todo ocurría a su alrededor, y la reacción de otro acusado que le grita traidor. También se muestran los recursos de defensa que desmantelan las historias de las víctimas y no tiene problema en destrozar a los testigos, tanto que el propio defendido lo cuestiona. Lo interesante es encontrar similitudes con los procesos actuales del mundo. Los nuevos judios son los deportados, o los deportables, se habla de limitar el habeas corpus y hasta un juez ha sido detenido y otros francamente amenazados. Nada nuevo bajo el sol. Las condenas, en la realidad, fueron suaves. Algunos de los acusados fueron encontrados inocentes y ninguno pasó más de cinco años en la cárcel. Incluso obtuvieron pensión de jubilación del estado...

 


 

mayo 12, 2025

Sacrificio


 

El lenguaje influye en nuestra percepción de roles y experiencias. Asociar la madre al sacrificio, reducir la narrativa a  renuncia o sufrimiento,  invisibiliza su dimensión más profunda y vital: su conexión con la naturaleza y con la creación. "Sacrificio" evoca una idea de pérdida o carga, como si  maternidad fuera un acto heroico basado en la negación propia. Esto reforzaría estereotipos de abnegación  invisibilizando la reciprocidad y el crecimiento mutuo que existen en esa relación. En muchas culturas  la idea del sacrificio materno se vincula a presiones sociales o roles de género rígidos, lo que puede generar culpa o idealizaciones poco realista.

Si conectamos la maternidad con la naturaleza emergen imágenes más orgánicas y holísticas: La maternidad puede verse como un eslabón en el flujo de la vida, similar a como la tierra nutre una semilla sin exigirle nada a cambio. Al igual que la naturaleza genera vida, la maternidad implica un acto creativo y transformador, no solo físico, sino emocional y espiritual. En la naturaleza, ningún ser existe de forma aislada. La maternidad, entonces refleja una red de cuidados y aprendizajes compartidos, no una carga unilateral.
Es válido reconocer que la maternidad implica desafíos, pero quizá las palabras "entrega" o "dedicación" resuenen mejor con esa conexión natural, evitando el matiz de "pérdida" que lleva el sacrificio. La naturaleza no juzga: da y recibe en equilibrio.
Quizá el lenguaje ideal al hablar de la maternidad —el dia de la madre— sea aquel que honre su complejidad sin reducirlo a un solo concepto. No es sacrificio, sino un vínculo arraigado en la esencia de la vida misma. 

 



mayo 07, 2025

La mitra

 

 

Ojalá no sea porque sea blanco, amarillo, negro o gris, de un lugar o de otro, y solo por el hecho de serlo. No es una repartición, ni un derecho por región. Que sea cristiano, católico, apostólico y romano; que crea en lo que dice es, y en lo que representa. No tiene que ser humilde, ni simple, ni pobre, ni ponerse zapatos rotos y sacar la cara por ello, ni renegar de los rituales. Ser lo que es y hacerlo valer. El que es orgulloso de ser humilde, ya no está siendo esto. Un papa no es el cura del barrio: carga con tradiciones de dos mil y tantos años, no puede andar por ahí como cualquiera o dando bendiciones sin convicción.

 

*

 

Ocurrió el nombramiento. Un hombre de nuevo llegado de América, sencillo pero no simple, que rescata alguna tradición del papado echada al lado en aras de una humildad más o menos supuesta.


 



 

mayo 01, 2025

Para ti

 

¿Qué se siente ser querido y no querer, ser deseado y no desear, ser buscado y sin buscar ser  encontrado?

¿Qué se siente ser amado y no amar, ser objeto no material, ser fantasma y no espíritu?

¿Qué se sabe al no saber, y si se sabe no importar?

¿Quién, qué, es el otro que no existe?

¿Y por qué pienso qué piensa cuando no soy presencia ni en sus pensamientos?

Como la mariposa que sabe donde va aunque el viento puede ser su rumbo.

Ah! Corazón mío, alma, voces silenciosas, palabras echadas a la nada.
Estremecientos carentes de cimientos.
Puro éter. Éter eterno.
Etérea sustancia más nada que la nada si existente.

Yo, para mí sin ti. Para tí solo soy en mi. 
Sombra oscura de la noche oscura.
Luz de luciérnaga. Para ti que apenas sabes quién soy yo.


 

abril 29, 2025

La Ilíada


 

He terminado, ahora en la madurez, una lectura de La Ilíada. La había leído, a regañadientes quizá y posiblemente resumida, en mi juventud, pero ahora es muy diferente. La historia es cruel en demasía -las guerras lo son- y la intervención de los dioses especialmente perversa. La razón de la guerra misma, como la de tantas a lo largo de la existencia humana, es fútil.  Revisitar La Ilíada en una etapa madura es revelador, ya que trae una perspectiva más profunda y crítica. La obra, un pilar de la literatura universal, no endulza la brutalidad de la guerra ni las manipulaciones de los dioses. La guerra en el poema no solo es cruel, sino que también pone de manifiesto las fragilidades humanas, las pasiones desbordadas y los sacrificios devastadores. La intervención de los dioses es fascinante en su perversidad. Juegan con los destinos de los hombres, y hasta de ellos mismos, como si fueran piezas de un tablero, movidos no por razones éticas, sino por caprichos, venganzas y alianzas personales. Esa dualidad, entre la grandeza épica y la inmoralidad divina, refuerza el sentimiento de tragedia que permea toda la obra. 

Aquiles, quien en la niñez pudo parecerme el arquetipo del héroe valeroso, revela un carácter complejo: su ira desmedida, su orgullo y su incapacidad de reconciliarse con los demás lo hacen más humano, pero también menos admirable. Su grandeza es como guerrero, pero su humanidad se tambalea ante sus decisiones. Héctor resulta así más presentable. Luchó y dirigió a los troyanos todo el tiempo, mientras que su rival solo lo hizo en último momento y por venganza personal contra él. Héctor, de hecho, no mató a Patroclo, sino al propio Aquiles pues llevaba puesta su armadura. Príamo es un personaje desconcertante, diseñado para serlo. Representa la desesperación de un padre que pierde a sus hijos en una guerra que, en gran medida, no controla. Su pasividad, puede ser entendida como resignación, quizás un reflejo de las limitaciones del envejecimiento o una aceptación trágica del destino. Su momento más poderoso llega al suplicar a Aquiles por el cadáver de Héctor, donde despliega vulnerabilidad y dignidad que no lo redimen pero de alguna forma lo explican. En cuanto a Agamenón, es difícil encontrarle encanto. Su arrogancia y la manipulación del conflicto parecen diseñados para recordarnos las imperfecciones del liderazgo humano y los peligros de gobernar con orgullo y codicia.

 



 


 

 

abril 27, 2025

El roble

 

Hace unos días unos trabajadores podaron el añoso roble de la esquina, justo frente a mi ventana. Es único en este entorno urbano: sus miles de pequeñas hojas verdes brillan bajo el sol o la lluvia. Sin embargo, tras el procedimiento, aún no se repone. Su corona muestra hojas secas, ramas desnudas; es un testimonio de su duelo silencioso.
Hoy pensaba que mi familia también ha sido podada. Perdimos a nuestros padres. A los dos hermanos mayores. También a uno menor.  Su ausencia se siente, como hojas agotadas que cuelgan en las ramas del roble.
El roble se recuperará. Mi familia también lo hará. Tenemos en Pedro Jaime un nuevo hermano mayor, y hay brazos y raíces que permanecen fuertes. Confío que el nuevo pilar de la familia viva mucho, soy el siguiente en la fila y no pienso encabezarla.
Como el roble, resentimos el proceso; como él seguimos vivos.



abril 23, 2025

Para la vida...

 

 ¡A lo menos amemos!/ ¡Quizás no sea en vano!

—Amado Nervo


 

“Nuestra existencia no está hecha para la muerte, sino para la vida”. La frase del último mensaje del Papa se enmarca en el núcleo del cristianismo, que celebra en la Pascua la victoria de la vida sobre la muerte a través de la resurrección de Cristo. Su mensaje central es: el propósito de la existencia humana no es la muerte, entendida no solo como el fin físico, sino también como la desesperanza, el sufrimiento y la falta de sentido. En cambio, estamos llamados a vivir plenamente, con esperanza, amor y propósito. La vida no es solo el hecho de estar vivos, sino una existencia con significado, marcada por la fe, la solidaridad y la renovación. Levantarse ante las dificultades, elegir caminos y no dejarse vencer por la muerte en todas sus formas—indiferencia, egoísmo, violencia o desesperanza—es parte de este llamado. Esta reflexión se extiende más allá de lo espiritual y se proyecta en lo tangible.

Al escuchar la frase, la interpreté desde una perspectiva física, como un llamado a valorar y preservar la vida en su dimensión más concreta. Biológica y socialmente, la vida es el resultado de procesos naturales orientados a la supervivencia y el desarrollo. La muerte es una realidad inevitable, pero no el propósito de nuestra existencia. Estamos diseñados para la regeneración, la adaptación y la continuidad. Cada célula trabaja para mantener vivo el cuerpo, reparando daños, combatiendo enfermedades y posibilitando el crecimiento. Protegemos y cuidamos la vida a través de la salud, la nutrición, la ciencia y el bienestar.  Pensar en la vida como el verdadero propósito nos lleva a explorar formas de prolongarla, mejorarla y hacerla más significativa. Por ello, nos esforzamos en garantizar seguridad, educación y calidad de vida. Esta visión no me aleja del Evangelio: Jesús no preguntó a Lázaro si quería ser resucitado. Asumió, como nosotros quizá, que es mejor estar vivos que muertos. Actuó: “¡Lázaro, ven fuera!”

Vivir la vida no es esperar su final; implica la actitud consciente de aprovechar cada día, de encontrar placer en las pequeñas cosas, de construir relaciones significativas y de desafiar los límites impuestos por el miedo o la rutina. No siempre se trata de grandes aventuras o momentos extraordinarios. También es aprender a valorar lo cotidiano: el sol en la piel, una conversación interesante, el sabor de una comida bien hecha, una mandarina de El Crisol, una canción de las sobrinas. Es la sensación de logro tras superar un reto. Es buscar aquello que nos apasiona, dedicar tiempo a lo que en realidad nos nutre y atrevernos a salir de la inercia.

Esperar la muerte sin vivir es una trampa en la que la vida se escapa sin haberla disfrutado. Tomar el control y vivir con intención lo cambia todo. Se trata de dar prioridad a lo que en verdad importa, a lo que da sentido a cada día y deja recuerdos imborrables. Los tantos recuerdos que construyó Olga Lucía nos traen hoy a un encuentro familiar diferente, pero no distinto, pues es la vida lo que reúne a esta familia. Y cuando la reúne la muerte, también es para celebrar la vida.

Gracias por todo, Olguita.



 


 


 

abril 20, 2025

Credo

Creo que pertenecemos, justamente hasta mi generación, a un grupo aparte en términos actuales. Recibimos nuestra primera comunión en un comulgatorio, de rodillas, con una patena dorada bajo la barbilla, ¿recuerdan? El cura daba la misa mirando al Cristo, no con el Cristo a sus espaldas. En otro idioma. Dios, por ende Jesús, estaba en otro plano, elevado, incomprensible, deifico. No éramos iguales a Él. De animales a dioses, analiza hoy un autor al Sapiens. Un día, de la noche a la mañana, 65 años atrás, el cura se volteó, El Cristo quedó detrás de el, el kirie eleison elevado se hizo un ten piedad terrenal, en castellano o cualquier lengua. Reescribieron el Credo y el Padre Nuestro. Aquel Gloria In Excelsis Deo que llenaba la iglesia apenas si se oye. Los abuelos, a uno conocí, enseñaban el temor de Dios como la verdadera sabiduría. No hay que temer a Dios, dijeron, si no abrazarlo confianzudamente. Se deshicieron de los arreos sacerdotales, del misterio, trajeron el altar al frente y abandonaron el adornado de el fondo con Sagrario y todo... Escondieron las Custodias, las vendieron a museos, o algo peor.  Hoy veía al cura de la procesión de once con tenis y sombrero vueltiao; un poco más e irá, acorde con los tiempos, en bermudas y chancletas de playa.

Con los eventos de estos días nos sentamos aún, muy pocos, a hacer la novena de difuntos, un rosario no más. ¿Qué dice ello a quienes van desde los cincuenta y algo, hasta un año? Nada, asunto de viejitos.

Con la desaparición de los rituales desaparece, rápidamente, un elemento de la ligazón social y familiar. Todavia aprecio y agradezco los misterios y las bendiciones.  A mí hermana en su lecho definitivo le pedí, y me dió, su bendición. Es mi herencia espiritual y fisica. Es el abrazo que siempre recibimos de ella. Es su presencia y su sonrisa al llegar a su casa, que era por ello la de todos. Más que la construcción ese abrazo era la casa.

 


 

 

abril 15, 2025

Olga Lucía

 

 

Olga Lucía mi hermana mayor pasó a otro plano el domingo. A eso de las 6:30 de una tarde soleada de este abril lluvioso que se puso de pronto luminoso.  Tuvimos una relación entrañable a lo largo de la existencia, no exenta de momentos reactivos, los propios de la naturaleza humana, que no duraban más allá de minutos o cuanto más, de horas. Inteligente, dedicada, nunca resignó sus compromisos de familia. Una vez que faltó mi madre, y antes con ella,  ella mantuvo su presencia sin desmayo. Ella era como esas luces que se van prendiendo con el movimiento: alumbraba el momento y lo dejaba ir. Estaba atenta a cuanta necesidad surgiera y apoyaba más allá del límite de sus capacidades. Su felicidad estaba atada a otras, por encima de si misma.  Mayor que yo, bastante entonces podría decirse en términos relativos, en mi niñez fue con ella que aprendí a bailar, a jugar, a fiestiar, conocí sus amigas, me introdujo en su círculo. En verdad era más "parranda" que el parranda original. Si bien como una manera de defensa frente a las costumbres de la época, jamás me hizo sentir que fuera un instrumento para ello.  Yo puedo decir que es de cierta forma una segunda orfandad de madre. Frente a mí no resignó su rol ni puso condiciones. Teníamos conversaciones francas, no siempre sobre aspectos gratos de la vida, sin que jamás se hubiese enojado por mis conclusiones. La última, por cierto, ya en su lecho final, cuando peleaba con el aire, fue: "─ ¿Me oyes? ─Si. ─Dame la bendición." Sacó su mano derecha que estaba bajo la cobija y con total seguridad y firmeza lo hizo. Quiero pensar, asi no haya sido así, que me dedicó su ultimo esfuerzo. Habiamos hecho planes para este viernes, que resultó entonces dos veces de pasión. 

No sé cómo haré este duelo. Sé que lo haré, pero no en qué hombro ni momento. Ella era el hombro, la persona, el sitio y el momento.

Gracias Olga Lucía por tu existencia. Que, con el poeta cantor, /Vuele esta canción para ti, Olga Lucia, / La más bella historia de amor / Que tuve y tendré / Es una carta de amor / Que se lleva el viento / Pintada en mi voz / A ninguna parte / A ningún buzón.

 

*



 

abril 10, 2025

Hace 80 años

Abril de 1945. 

Los aliados avanzan dentro de Alemania.
El 16 de abril los soviéticos lanzaron su ofensiva final contra Berlín, encontrando una feroz resistencia. La ciudad fue rodeada por el Ejército Rojo a finales de mes. Luchan calle por calle.
Los aliados descubrieron los campos de concentración nazis. El 4 de abril  estadounidenses liberan Ohrdruf.  El 11 de abril  Buchenwald, y el 15 de abril, los británicos, Bergen-Belsen con miles de prisioneros enfermos y montones de cadáveres. El 29 de abril  llegan a Dachau.
El 29 de abril Rodolfo Graziani, Ministro de Defensa de la República Social Italiana se rindió sin condiciones a las fuerzas aliadas en Caserta.
Adolf Hitler se suicidó en su búnker el 30 de abril. Había nacido el 20 de abril de 1889. Hijo de Alois Hitler (nacido Alois Schicklgruber) y Klara Polzl. Tenía 56 años.
El 1 de abril las fuerzas estadounidenses invadieron Okinawa.
El 12 de abril, el presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, murió repentinamente de una hemorragia cerebral. Harry S. Truman, asumió la presidencia. 
Hace 80 años.
La tierra madre, la madre tierra, sigue su curso.

 



 

abril 08, 2025

Sobrinos


 

Ayer, me sentí sorprendido, divertido y orgulloso cuando alguien me reconoció diciendo "usted es tío de xx Gutiérrez".  Preservo su privacidad.
Los sobrinos iluminan las vidas con su alegría y energía y tienen un lugar especial en el corazón de la familia. Compañeros de juegos y de juergas; cómplices de travesuras, guardianes de secretos que llenan los días de ternura y risas. Ser tío tiene el privilegio de disfrutar la magia sin las responsabilidades de la crianza. Nos recuerdan ver el mundo con ojos curiosos y llenos de asombro, de abrazar lo simple, y de valorar los momentos compartidos. Los lazos construidos con ellos enriquecen la vida y crean recuerdos para siempre. Dejan de pertenecer a los tíos las costumbres y las tradiciones, que pasan a ser suyas con los ajustes que el tiempo impone.
La relación entre sobrinos y tíos refuerza la familia extendida, y ofrece, al que llega, figuras de referencia adicionales y, a los adultos, soporte emocional. Sentados cuatro tios ayer en la casa del campo nos veíamos exiguos. Pensaba que cuando el comedor está lleno, está bien lleno. Inevitablemente, comenté con mi hermana,  empezaremos a caer -chus, chus... Recuerdo entonces a Borges:  "Es posible que todas las personas que nos rodean no sean más que efímeros fantasmas que en cualquier momento han de desaparecer, y debemos ser buenos con ellos, aprovechando el corto lapso de su presencia".
Somos G y J y A y Q y R y O y V y E... y después otros.
Fantasmas efímeros, unos más que otros. 

 


 

 

abril 05, 2025

Aire, tierra, fuego

Envejecer, morir, el único argumento
—Jaime Gil de Biedma
 


¿Por qué preocuparse tanto por los enfermos, si son muchos más los aliviados? ¿Por qué tanto orar por los que van a morirse, o lo hicieron ya, si los que tienen necesidades son los que enfrentan en su plenitud la vida? ¿Por qué estar todo el tiempo en modo muerte? Me sorprendo yo mismo haciendo estas preguntas y tratando de dar respuestas que las justifiquen. Si. El enfermo, más si es grave,  ya está hecho. Ha cumplido su tiempo no importa cuánto. Descansará, en paz, de las fatigas. Si por algo hay que orar es porque se vaya pronto, sin más sufrimiento y en tanta paz como desee él y convenga a los otros. El ser humano ha sido atado al sufrimiento. Nace condenado y obligado a buscar la salvación. A buscar un paraíso que no es, en ningún caso, éste en el que vive,  si no uno que encontrará más allá quien sabe dónde.
El concepto del paraíso varía en las religiones, reflejando sus cosmovisiones y creencias. En las tradiciones cristianas, el paraíso es el "Cielo", donde las almas justas se reúnen con Dios después de la muerte. Un lugar de paz eterna, gozo y comunión con Dios. Un lugar sin dolor, sufrimiento ni muerte. ¿Pero no que el sufrimiento es bueno? ¿No es el crucificado su paradigma? De mártires y martirios se alimentó mi infancia. 
El concepto judío del paraíso es el "Gan Eden" (Jardín del Edén), un lugar espiritual de descanso para las almas justas. En el islam, el paraíso se llama "Yannah". Un lugar de delicias físicas y espirituales, reservado para los que han vivido según las enseñanzas de Dios. Incluye jardines con ríos, frutas abundantes y vida sin sufrimientos, en presencia de Dios.
En el budismo es diferente. Se enfatiza la liberación del sufrimiento (nirvana) no un lugar físico. El camino hacia la iluminación. 
En el hinduismo, el paraíso puede tomar varias formas. "Svarga" es un lugar temporal donde las almas disfrutan de recompensas antes de su próxima reencarnación. El objetivo final es moksha, la liberación del ciclo de renacimientos y la unión con lo divino.
El paraíso ocurre en otro plano. Y ocurren con "el alma", esa cosa rara. Plano ciertamente inexistente pues más allá de la muerte no hay nada. Y adolece, el paraíso, de eternidad, por tanto. Eternidad que, al ser eterna, ha de ser muy aburrida.
De ahí que lo que afirmo, ocuparse de los aliviados en vez de hacerlo de los enfermos, tiene sentido. Privilegiar la gratitud con la vida,  apreciarla si nos ha tratado bien. O salvarse del sufrimiento aquí, si no lo ha hecho. 
El cuerpo es material combustible, polvo que es y polvo que se hará. Barro, cenizas. Viento.

 


 

marzo 31, 2025

¡Ay Manizales!




No lo conocía hasta ayer. Me refiero a lo hecho en la plaza Alfonso López. Soy, desde hace décadas, habitante "de Cristo Rey pa'rriba". Solo voy al centro en caso no de necesidad, sino de necesidad extrema. Es un Manizales, el del centro, indefinible. Lleno de precariedad disimulada, de rebusque, de mugre, de droga, de fachadas deterioradas o pintarrajeadas de la peor manera, de abandono y desamor. De una multitud que deambula porque no tiene nada que hacer. La plaza, que lleva el nombre de un político que nadie actual recuerda, es la superficie de un nudo de túneles oscuros que adolece de verde, excedida de ladrillos. Parece diseñada por ingenieros, no alcanza a ser amable pero tampoco fea. La puerta abierta que corona el cóndor tiene gracia y destaca lo fatal de la pueblerina y obvia que pusieron por la estación Uribe, digna de pronta demolición. Útil para más rebuscadores, quien me acompañaba solo quería salir corriendo de allí. ¿Correr para dónde? -me pregunté al retomar las calles hacia la carrera 23 atravesando, otra vez, en fila de a uno, por entre la gente en los estrechos andenes llenos de ventas de cachivaches. Esquivamos en la caminada las que se pudo, observando cómo caen o dejan caer las añosas casas que sobreviven por la carrera 24. Todas aquellas edificaciones icónicas para mi generación hoy han cambiado de nombre y de personalidad. Aquellos puntos de referencia están distorsionados. Decir la esquina del banco de caldas o la de seguros atlas, del banco del comercio o del edificio Ángel es hablar al pasado olvidado. Mirar el llamado Palacio, hoy palacio, Arzobispal es deprimente: ese color rosado, descolorido, los locales con mercancías colgadas en sus puertas, los groseros grafitis y el portón principal deteriorado, despiertan nostalgias de mejores tiempos. No mejores por pasados, sino, tal vez, porque el fiel surtidor de hidalguía -ahora, apenas si, acequia pobre- se sigue alimentando de supuestas glorias. Del armiño de antes -puro y simple- a esto.

Pero Manizales, aún desde sus escombros y grietas, respira una terquedad que no se rinde. Su historia de superación sobre desastres, su capacidad para levantarse de las cenizas, nos da la certeza de que lo que hoy parece ruina, mañana puede ser cimiento. En los ojos de quienes aún creen, en las manos que limpian y reconstruyen, vive un susurro de esperanza: que el Manizales del futuro no solo recuerde, sino que haga honor a las glorias del pasado mientras sueña con ser algo más grande, más justo, más humano.

 


 

marzo 26, 2025

"Sieg Heil" - "¡Salve Victoria!"

 

Cada mañana, si uno enciende la radio, o cada noche, si lo hace con el televisor, y a cada instante si no se desprende del teléfono, está invadido de locura. Los poderosos de todos los niveles no pueden estarse quietos: tiene que hacerse notar, hacerse ver, revolcar algo, molestar a los demás y a los propios ¿Quién suponía una guerra en Europa central en pleno siglo XXI? ¿Quién se imaginaría que por pararse en lo alto de una escalera y jurar un cargo, el tipo adquiere el derecho de destruir millones de vidas, el de tomarse los casi diez millones de kilómetros cuadrados de Canadá, los casi tres de Groenlandia, y la pequeña acequia que cruza Panamá? ¿Y por qué querrían mandar a la muerte miles de soldados, por la suposición de que alguien en algún momento enviaría miles en su contra? Un montón de afectados mentales por el poder que no tiene más uso que el de servir a su propio ego. Nadie vive mejor por sus decisiones, no quieren eso, no lo persiguen. Quiere solo molestar o fungir de conquistadores a la antigua, Gengis Kan revividos. Cumplen plenamente la definición de estupidez al hacer lo que perjudica a los demás, pero también a ellos. Un millonario venido de otro país, se toma el que no es suyo porque si, es decir porque puede... se autodestruye sin construir por ello nada. El poder, droga y embriaguez... Si. El poder, cuando se convierte en un fin en sí mismo, puede ser una fuerza destructiva que no solo daña a los demás, sino que también consume a quienes lo ejercen. Droga que embriaga y ciega, llevándolos a decisiones que carecen de lógica y humanidad.

 

Y es tan bella La Tierra. Y es el hogar que destruimos.

 




marzo 22, 2025

Tal vez



Poema en once palabras y un interrogante.

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Tal vez


Tal vez
¡La vida está tan llena de tal veces!
¿Ves?




marzo 20, 2025

Oración






"-Glorioso y supremo Zeus que moras en el Olimpo y cabalgas las nubes de tormenta, concédenos que no se ponga el sol ni caiga la noche hasta que haya caído el palacio de Príamo y sus puertas hayan sido consumidas por el fuego. Concédeme que mi espada atraviese la túnica de Héctor a la altura de su corazón, y que muchos de sus compañeros muerdan el polvo al caer muertos a su lado." Ilíada, Homero

Agamenón oraba así a Dios. Los sicarios oraban a la virgen de Sabaneta para que "la vuelta" les saliera bien. Tal cual lo hace el actual poderoso que, biblia en mano como arma, exhibe su soberbia. Entonces se trataba de tomarse Troya. Ahora arma la de troya para expandirse por ambición. Dios es, nada más ni nada menos, una herramienta de dominación.

La idea del Destino Manifiesto plantea que Estados Unidos es una nación destinada a expandirse por propósito divino. El territorio americano y sus colonos blancos son la tierra prometida y el pueblo elegido. En ese contexto Estados Unidos compró Luisiana a Francia en 1803, en 1818 invadió Florida, y entre 1823 y 1848 se apoderó de Nuevo México, Texas, Arizona, California, Utah y Nevada. Compró Alaska y se hizo con Panamá. 

 No hay que esforzarse mucho para encontrar la similitud con el Lebensraum de Alemania, causa subyacente de la primera y segunda guerras mundiales, de 1890 hasta 1940, convertido en principio ideológico del nazismo, ahora llamado MAGA.

Dios ayudó a los griegos y arruinó Troya. Él escoge sus amigos...

 

Dan Flavin


 


 

marzo 17, 2025

Historia de M.





M., es una señora que nos ayuda en casa. De edad difícil de adivinar a la vista, entre los cincuenta y los sesenta, es menuda de cuerpo y de palabra fácil. Nos cuenta que tiene tres hijos, seis nietos y, ya, una biznieta. Uno de esos momentos de la vida puso a su hijo mayor en una circunstancia desafortunada. Debe ir a visitarlo y le decimos que la llevaríamos. Mientras viajamos doscientos kilómetros para ello, fue desgranando historias y anécdotas de su vida. Entre risas nos iba contando de su padre, de su madre y sus hermanos, de su encuentro, temprano, con el matrimonio y la llegada de sus hijos por lo que muestra y expresa un amor ilimitado; de su crecimiento en un ambiente al mismo tiempo amoroso -a la manera de antes- y violento; de su separación del padre de sus hijos y el encuentro con una nueva persona a la que acompañó hasta cuando murió de improviso. En una frase describe su vida. Dice: “nací para batallar”. Y, agrega: “cuando niña pensaba y decía a mis hermanos que no nos querían, pues todos los días recibíamos un castigo. Pero no me quedé ahí.” No hay en sus palabras dejo alguno de amargura, ningún lamento… Ha trabajado desde siempre -"de niña, cuenta, las tareas estaban asignadas: la mia era la cocina"- y sigue haciéndolo intensamente. Verla trabajar es asombroso.  Con lo que gana vive y ayuda a los suyos -adultos mayores ya- de los cuales está pendiente a cada instante a través del teléfono. Los menciona sin pausa. Escucho en silencio. Aprecio ese espacio donde la humanidad brilla, y construye relaciones auténticas, enfocadas en lo que aporta por pequeño que parezca. Pienso que el simple hecho de resistir la negatividad y elegir la empatía es un acto de disrupción personal y social, en un mundo fatalmente llevado al odio y la confrontación. 

Inevitablemente establezco comparaciones íntimas. Con cuánto desdén apreciamos las ventajas con que la vida nos dota, frente a la comparación con otras vidas. Las historias de M podrían alimentar un ensayo sobre el sufrimiento, pero ella las muestra como uno sobre el empeño, la seguridad en si misma y, de alguna manera, la superación. Es feliz al hablar de su familia, es feliz consigo misma. Incluso este momento difícil lo afronta, con la inevitable consideración de los eventos vistos desde la perspectiva de madre, con fe absoluta en el futuro. Al llegar, se despide con una sonrisa agradecida y una pregunta noble: ¿qué les debo? Yo, que creo firmemente en las energías cósmicas, le digo: “M., las mamás como usted tienen un lugar especial en el corazón de los dioses. Cuando hable con ellos dedíqueles un pensamiento por nosotros”. “Lo haré”, responde, y sonríe nuevamente.


 


 

marzo 14, 2025

Pandemia


Nos preguntamos si la luna roja es señal del fin de la disrupción y el sufrimiento u otro inicio” ... La luna roja, antes, se veía como mal presagio. 

Hace cinco años se declaró la pandemia. Si, la vida se les escapaba a muchas personas por todos los rincones del mundo. Las calles de las ciudades se quedaron vacías. Todos pasamos a ser el agregado del tapabocas. La industria farmacéutica hizo su agosto. Los hábitos cambiaron, se suponía que transitoriamente, pero no: fue definitivo. Se aceleró la virtualidad y la dependencia de medios tecnológicos. La verdad - ¿qué es la verdad? - apenas si se sabe... ¿De dónde y por qué surgió el virus, ¿quién se benefició? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 7 millones de personas fallecieron. 1.200 por millón, si no hago mal la cuenta.  Poca cosa en los 8.2 mil millones de personas que habitan esta mal llamada "roca". Mucha, si el muerto es en familia. ¿Cómo lo impactó a usted personalmente la pandemia en su vida cotidiana y relaciones con los demás? Todo sigue igual. Los poderosos lo son porque muestran su poder, no porque hagan nada con él a favor de la gente. La cabeza del imperio se lanza a por todo sin que ello represente nada positivo. No es consciente, al quererse apoderar de alguna solitaria isla, un pequeño país con acequia, o uno inmenso pero vacío, que todos, hoy, somos habitantes de uno solo: China. De quien compramos y consumimos prácticamente todo, absorbe de todas partes todo. Dentro de la infinitud de cosas que nuestra generación, esta de la que formo parte que cabalga a lomo de tres siglos, ha vivido, visto surgir y desaparecer, los dos años de la pandemia fueron una zona opaca. De hecho, alguien en la reunión familiar, no demasiado mayor, digamos 15 o 16 años, me preguntó: "¿qué es eso de pandemia? ¿eso ocurrió?" No, le respondo. Nada ocurrió. En las circunstancias actuales las cosas ocurren el instante que quieren que dure los que manipulan la información.

 


 

marzo 13, 2025

Pasares



el poeta Porfirio Barba Jacob dijo un dia:

...
Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

A veces uno está en esos días "tan lúgubre" -sobre todo porque ve estadísticamente el final del túnel- pero esos días fértiles de pronto se aparecen y "bajo el influjo próvido de espirituales lluvias", en el alma vuelve y brotan florestas de ilusión. Es la magia de un saludo, de un abrazo espiritual, de unas palabras. que fertilizan y fortalecen. Y entonces, siguiendo al poeta:

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
(¡niñez en el crepúsculo! ¡Lagunas de zafir!)
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.
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