Me pregunto si está bien recordarte, o sea: el significado etimológico del término, es decir volverte a pasar por mi corazón (re cordare). Me pregunto si está bien traer esos momentos, lugares, sueños, una siesta, una botella de vino blanco, un parque, un bosque, un mar de palabras. Me respondo que si, que no es malo recordarte. Que lo malo sería decirlo y más malo si lo dijera a quien recuerdo. La habitación empieza a dar vueltas como sumergida en un vórtice de luces, de temperaturas; el sueño lucha por regresar, el amanecer se precipita. Recuerda, dice el corazón al corazón: lo que cualquiera otro piense es cosa suya.
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