Luis Fernando Gutiérrez-Cardona
Crecer es ir tomando el
control de las propias cosas, le dije de sopetón a la chica a mi lado a quien
había dejado el avión por no llevar su pasaporte. Es pasar de que se las hagan a hacerlas, resolver sin preguntas sobre lo evidente, asumir el control. Crecer es doloroso, anoté mientras pensaba que lo es más cuando todo está dispuesto para hacerlo por tí. Levantó sus ojos de la pantalla -único lugar habitable en estos tiempos- y respondió: si. Un
kilómetro adelante me dijo: ¿no tenía que seguir derecho? Si, respondí sorprendido de su vista perimetral. Y, sin decir nada, continué. Giré suavemente a la derecha, luego
otra y otra vez, rodeé la glorieta, tomé directo la segunda salida y sin devolverme llegué, en lo previsto, a donde íbamos. De eso es que se
trata crecer.
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