Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia

agosto 25, 2024

Decime algo lindo

 

Bernardino de la Trinidad González de Rivadavia y Rodríguez de Rivadavia fue según mi escaso conocimiento de su historia, el primer Presidente de la Nación Argentina. Se denomina Sillón de Rivadavia a la silla presidencial de ese país, lo que en Colombia vendría siendo el Solio de Bolívar. Tiene una alta carga simbólica el elemento que el pasado presidente de ese país usó para aposentar, es decir poner las posaderas, de las aventuras amorosas con la chica que allí llevaba, al convertir la Casa Rosada en Casa de Citas. Sentada en ese sillón, la filmaba con su celular, le daba cerveza y le decía “Antes de emborracharte, decime algo lindo”. “Te amo y ya que estoy aquí sentada, te voy a matar” le respondió ella. Mientras, a la madre de su hijo y "primera dama" le ponía un ojo morado a golpes, según lo ha denunciado. La Gran Nación poco le importaba a Alberto Fernández. Mientras decretaba el encierro de la pandemia, él hacia fiestas, entraba minas a la residencia oficial a las horas en que estaba vigente el toque de queda, y el país se sostenía emitiendo dinero que fabricaban sin más por toneladas. No gobernaba Fernández, no tenía tiempo. Daría risa si no causará lástima.

La menos bananera de las repúblicas bananeras era Argentina. Para los habitantes de los demás países, pero sobre todo para ellos mismos que no descendían de mexicas, aztecas, mayas, caribes, incas o mapuches, y eran, por tanto, otra cosa. 
Desde el Rio Bravo hasta la Patagonia, la américa llamada latina,  un montón de mamarrachos han sido y son  los líderes. Ningún país se ha desarrollado, son solo famélicos y lamentables tomadores de créditos. Si no estoy mal el propio Rivadavia inauguró para su país la deuda externa, como se inauguró con el empréstito de Santander la de Colombia. Pagadores de intereses desde entonces. Intereses monetarios y de todo tipo. Hasta privilegiar por sobre la patria el catre.  
Decime algo lindo. Los pobres, y los ricos, allá afuera no se enteran de nada. Y si se enteran no les importa. Ni importa.

 


 

 

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