Epicuro

"Haec, inquit, ego non multis, sed tibi; satis enim magnum alter alteri theatrum sumus. "
Epicuro

"Cerca de mi no hay más que lejanias."
Antonio Porchia

julio 29, 2025

Díptico del suspiro y la gratitud

 

Ya vendrá un viento fuerte
que me lleve a mi sitio.
—León Felipe

 

I. Respirar 

Ya no soy la cuerda ni la danza,  
ni el niño que inicia el juego.  
Soy el trompo que agota el impulso,  
el testigo que no reclama ni aplaude.  
He dejado de vivir por ocupación,  
me vuelco a la preocupación de vivir,  
como quien ve pasar la lluvia  
y no corre, sino que se  moja.  
Retengo el aire más que el grupo,  
porque puedo:  
mi cuerpo conversa con la respiración,  
porque se siente momia,  
envuelta en tela de vivencias,  
quieta, sin tristeza.
No me niego a la vida,  
solo debo retirarme del centro,  
como quien hace café  
y observa que el vapor se esfuma.
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II. Gratitud con reparos

La vida me trató bien.  
Me ofreció tiempo, pan, amor, heridas.   
A ratos la olvidé,  
o la confundí con las piedras del camino.  
Yo a la vida la traté bien,  
aunque no tan bien como lo merecía.  
Le di palabras, silencios, cuidado,  
le negué atención,  
le seguí el hilo sin cansancio ni rencor.
No somos pareja perfecta,  
nos entendemos.  
La vida y yo nos guiñamos el ojo,
—ella me cobra el no haberla querido,  
como dos cómplices que no discuten  
porque saben que todo fue,  
y que lo que viene —si viene—  
será sin exigencia.
Mi gratitud no es gozo,  
es un gracias en voz baja,  
mientras abro la ventana  
para que el polvo encuentre su lugar.

 

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Nota: Estoy pensando que debo comenzar a pensar en el cansancio de vivir, ya no en la ocupación de vivir, sino en la preocupación de vivir. En acabar, no por propia mano, el viaje antes de ser lastre en el viaje de otros, aunque el poeta, Baudelaire, habla del derecho a regresar; estoy pensando en la tristeza de la despedida en vida, en la manera silenciosa en que se entra en el territorio del olvido y se va haciendo uno desconocido o invisible. Pienso en que empiezo a hacerme objeto de investigación y de búsqueda. Lo llaman prevención, pero qué necesidad hay de ello si ninguna cosa puede detener, afortunadamente, el regreso al barro. Observo el movimiento como testigo, no soy la cuerda que impulsa la peonza, ni tampoco la peonza. Hoy en una visita médica propusieron el ejercicio de retener la respiración... éramos como veinte personas y a los diez segundos empezaron a alzar la mano indicando el limite... todos me miraban cuando no hacia el gesto y pasaban los cuarenta, los cincuenta, el minuto, el minuto y diez... ahí la alcé para no inquietar o molestar, sospechaban de trampa: habría resistido un poco más... mi corazón respondió: es porque ya eres una momia.

 


 

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