Al final no nos llevamos nada. Lo vivido, lo compartido, lo amado, lo reído se queda también aquí tal cual se haya vivido, compartido, amado y reído. A veces endulzado por el recuerdo (no hay muerto malo). Al final no queda un "yo" que pueda decir "yo seré", "yo soy" ni "yo fui"... Igual todo pasa. La flor hermosa de la mañana, son pétalos mustios al atardecer. Se siembra para cosechar aquí. Luego llega el viento, y sopla.
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